Las personas que poseen una extraordinaria capacidad para recordar caras (a menudo llamadas “superreconocedores”) no se limitan a esforzarse más; sus cerebros procesan naturalmente los rasgos faciales de una manera fundamentalmente diferente. Una nueva investigación de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) en Sídney revela que estos individuos se centran automáticamente en las características más distintivas de un rostro, en lugar de procesarlo en su conjunto. Esta no es una habilidad que puedas aprender; es una diferencia perceptiva profundamente arraigada.
Cómo funcionan los cerebros de los superreconocedores
Para comprender esta diferencia, los investigadores utilizaron tecnología de seguimiento ocular para analizar cómo los superreconocedores y las personas con capacidades típicas de reconocimiento facial ven las caras nuevas. El estudio, en el que participaron 37 superreconocedores y 68 participantes de control, rastreó dónde y durante cuánto tiempo los participantes miraban las caras mostradas en una pantalla de computadora. Luego, los datos se introdujeron en redes neuronales profundas (un tipo de algoritmo de aprendizaje automático) entrenadas para reconocer rostros.
Los resultados fueron sorprendentes: cuando los algoritmos procesaron datos de seguimiento ocular de superreconocedores, fueron significativamente más precisos al hacer coincidir caras que cuando se alimentaron con datos de observadores típicos. Esto sugiere que la forma en que los superreconocedores escanean rostros proporciona datos más “informativos” al cerebro, lo que permite un reconocimiento más preciso.
El enfoque del “rompecabezas”
Este hallazgo se basa en trabajos anteriores del mismo equipo, que revelaron que los superreconocedores no ven las caras como un todo unificado; en cambio, las dividen en partes y las procesan como una imagen compuesta. Este enfoque de “rompecabezas” desafía la suposición de que un reconocimiento facial sólido implica centrarse en el centro de una cara. El nuevo estudio amplía esto y sugiere que los superreconocedores no sólo están captando más información; se están centrando en la información correcta.
Características exageradas: como una caricatura
La diferencia clave parece ser una inclinación natural a sintonizar con los rasgos más “diagnósticos” de un rostro. Como explica el autor principal, James Dunn, es similar a una caricatura: exagerar los rasgos distintivos hace que una cara sea más fácil de reconocer. Los superreconocedores parecen hacer esto visualmente, centrándose en los detalles que hacen que cada persona sea única.
Implicaciones para la tecnología de reconocimiento facial
Esta investigación podría informar mejoras en los sistemas de reconocimiento facial, aunque los humanos todavía tenemos una ventaja sobre la IA en escenarios del mundo real porque utilizamos señales sociales. Sin embargo, la habilidad no es exclusivamente humana. Importantes factores genéticos influyen y el procesamiento de la identidad facial está profundamente arraigado en el comportamiento social de los primates.
La comida para llevar
La capacidad de no olvidar nunca una cara no se trata de memoria; se trata de percepción. Los superreconocedores no sólo se esfuerzan más; Sus cerebros están programados para ver las caras de manera diferente, enfocándose automáticamente en las características que hacen que cada persona sea reconocible al instante.
































