Un ataque reciente dentro de una comunidad de bonobos salvajes en la República Democrática del Congo ha revelado un nivel de brutalidad nunca antes visto en esta especie, desafiando la noción arraigada de los bonobos como los “hippies” pacíficos del mundo de los primates. Los investigadores documentaron que cinco hembras bonobos hirieron sistemática y gravemente a un macho, dejándolo desfigurado, sin una oreja y con testículos mordidos. El ataque duró aproximadamente 30 minutos y dejó a la víctima, un joven de 19 años llamado Hugo, con heridas horribles y presuntamente muerto.
El incidente y su gravedad
El asalto ocurrió el 18 de febrero en la comunidad de bonobos LuiKotale en el Parque Nacional Salonga. Los investigadores llegaron poco después de que comenzara el ataque y encontraron al macho tirado en el suelo mientras las hembras seguían pisoteándolo, golpeándolo y mordiéndolo. La escena era inquietantemente silenciosa, con toda la comunidad presente pero ningún intento de intervención.
El nivel de violencia no tiene precedentes: Hugo perdió varios dedos de los pies, una parte de la oreja y carne de los nudillos. Las hembras atacantes incluso se lamieron la sangre de los dedos. Este es sólo el segundo caso documentado de violencia extrema en bonobos, y el caso anterior también parece estar relacionado con el infanticidio.
Por qué esto es importante
Los bonobos, junto con los chimpancés, son nuestros parientes vivos más cercanos. Los chimpancés son conocidos por su agresividad y sus conflictos letales, pero históricamente los bonobos han sido vistos de manera diferente: resolviendo tensiones mediante frecuentes interacciones sexuales. Este ataque desmantela esa visión simplista.
El comportamiento de coalición femenino es un factor clave: las hembras bonobo forman alianzas para dominar a los machos que representan una amenaza para ellas mismas o para su descendencia. Esta dinámica de dominancia puede explicar por qué la agresión letal es rara en las sociedades de bonobos, pero no excluye la violencia extrema cuando surgen amenazas percibidas.
¿Qué desencadenó el ataque?
Los investigadores sospechan que el hombre intentó dañar a un bebé dos días antes del ataque, lo que provocó una brutal represalia. Si bien esto sigue siendo especulativo, sugiere un motivo claro: la protección de los jóvenes.
El incidente destaca que incluso en una especie famosa por sus tendencias pacíficas, puede ocurrir una agresión extrema, impulsada por amenazas percibidas al éxito reproductivo. También es notable la falta de intervención de otros miembros del grupo, lo que implica cierto grado de aceptación o incluso apoyo a la violencia.
El destino de la víctima
Hugo no ha sido visto desde el ataque, lo que lleva a los investigadores a creer que murió a causa de sus heridas. Su desaparición plantea dudas sobre las consecuencias a largo plazo de una violencia tan grave en la dinámica social de los bonobos.
Si bien algunos expertos advierten que Hugo podría seguir vivo, dada la sociedad de fisión-fusión de los bonobos, la magnitud de sus heridas hace que su supervivencia sea poco probable.
Este ataque obliga a reevaluar el comportamiento de los bonobos, lo que demuestra que incluso en una especie celebrada por su naturaleza pacífica, la violencia puede estallar con una brutalidad impactante.






























